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Las perlas orgánicas de nuestras joyas

Las perlas orgánicas de nuestras joyas

Nuestras colecciones de joyas se dividen en distintos acabados, distintos colores y también entre las que llevan perlas y las que no. Llevamos unos años trabajando con el mismo proveedor y con su correspondiente garantía de origen de nuestras perlas orgánicas, que son perlas cultivadas en agua dulce, de primera calidad.

Una perla natural se forma cuando una ostra (un bivalvo) se quiere defender de la irritación de un cuerpo extraño y secreta una sustancia para protegerse: el nácar. Mientras quede ese cuerpo extraño en la ostra, ella seguirá envolviéndolo capa tras capa, llegando (después de unos diez años) al resultado que no es otro que una brillante perla.

Una perla cultivada se forma de manera similar, pero con la intervención de una persona que inserta el cuerpo extraño en el bivalvo. Las perlas cultivadas en agua dulce tienen un mayor grosor de nácar, siendo esta una de sus principales características, además de la variada gama de colores, que se puede generar con cambios en la temperatura del agua o con el añadido de sales durante la "gestación" de la perla, que suele ir de los seis meses a los cuatro años.

Las perlas naturales y cultivadas son, por lo tanto, perlas auténticas que vienen de seres vivos.